martes, 31 de diciembre de 2013

Humor: Tribulaciones de un servicio técnico a domicilio

Me parece bien que se quejen de sus cosillas, la verdad es que están bastante poco valorados como trabajadores. Sueldos bajos, pagas prorrateadas, contratos de categorías inferiores a la que realmente tienen... no sé a qué me suena eso, mmmh.





 
Me hace gracia pensar en lo que me decía la gente hace bastantes años cuando me preguntaban qué quería estudiar y yo les decía:
- Mmh, puesss informática (no sabía lo que me esperaba).
Su respuesta era automática:
- ¡Huy!, ¡eso es el futuro, eh!. ¡Vas a ganar una pasta!
Pues nada, habrá que echarle valor. He decidido que voy a salir del armario...
Hola, soy informático y... ¡SOY UNA PUTA!
¡Qué ocurre con los informáticos!. Estamos en la base de la "cadena trófica" en cuanto a sueldos y a reconocimiento se refiere. Claro está que hay excepciones, ahí está el amigo Bill Gates (Billy Puertas para los amigos) que es o era de los más ricos del mundo, pero el informático de a pie, el de toda la vida, no es más que un pelele.
Siempre que hablo con mis otras compañeras putas, estamos más que de acuerdo en que es absurdo que no se le discuta nunca su trabajo a un fontanero que viene a casa, nos mira de refilón la cisterna, cambia un par de frisas (gomas que valen apenas 30 céntimos) y nos dice:
- Desplazamiento, diagnóstico, reemplazo de elementos hidro-aislantes y descuento porque tengo buen día... 140 euritos de nada.
Normalmente piensas: "¡¡alaaa, vengaaa, y ahora a cuatro patas!!". Pero en realidad dices:
- Toma 5€ para que te tomes un café que te veo cansado, ¡cashondooo!
Ahora llega el caso del informático. De repente en la pequeña madriguera puteril del "informáticus comunis" aparece el ordenador de un cliente majete repleto de pelusa y mierda a más no poder, así que lo primero que hace es limpiarlo. Una vez que está limpio como una patena enciende el equipo, pega unos cuantos pitidos y... ¡ala!, la gráfica está mal pinchada. La saca, le pega un limpiado a los conectores y la coloca correctamente en su sitio. Vale, parece que ya funciona. Intenta arrancar el sistema operativo y no va.
Le pasa unas herramientas de testeo a la RAM, al disco... hace algunos cambios en el arranque y al fin parece que ya va. Cuando consigue llegar al escritorio principal, lo primero que ve es el escudo del equipo favorito del cliente del tamaño de un botón pero ampliado 1000 veces. De repente la pobre puta empieza a supurar pequeñas gotitas de sangre por su frente al ver lo que le espera pero coge fuerzas y prosigue.
La puta, después de haber perdido varias horas de su miserable vida piensa para sí misma: "venga, vamos a ver que le pasa a este ordenador". Lo gracioso es que el cliente, todo majo él, dijo que seguramente tendría algún virus y que no podía navegar por Internet, pero claro, se le habrá olvidado mencionar que no arrancaba. Nada hombre, un pequeño despiste lo tiene cualquiera.
Ahora enchufa el equipo a internet (dicho de forma simplificada) y efectivamente comprueba que no navega. Intenta salvar el equipo a toda costa. La putilla coge por banda su estuche de CDs para casos extremos y le pasa algún que otro antivirus, herramientas de limpieza y anti software espía. El equipo parece que empieza a dar las primeras señales de vida. Ya navega por internet pero hay unos cuantos virus que están demasiado metidos en el sistema y va a ser necesario formatear.
Coge el teléfono, llama al cliente y le explica el problema. Éste le dice que le sorprende tanta cosa ya que "sólamente había dejado de navegar" pero bueno, que sí, que adelante.
- ¿Tiene algún dato que guardar? - dice inocentemente la puta al cliente majete.
- Pues sí, son cuatro tonterías. Me grabas los documentos, las fotos, la música, me guardas los 50GB de películas grabadas del cine con una calidad horrible y mi colección de remixes de camela y chiki chiki, son solo 20GB de nada, ah, y un montón de cosas que no se donde están pero que luego quiero que estén en el mismo sitio.
La puta traga saliva y empieza con la tarea. Vuelca todos los datos en otro disco duro limpio de virus. Instala el sistema operativo de nuevo. Hace la jodida activación vía telefónica en la que sale un pakistaní muy majo él pero que no hay Dios que le entienda. Una vez activado empieza a instalar todos los drivers, los programas normalmente imprescindibles, los programas mayoritariamente prescindibles, los juegos para don pubertad eterna, el aprende con el Pipo de los huevos para el niño pequeño y el cliente de correo para que la santa mujer del cliente majete y el propio cliente majete envíen "powerpoints" y demás cartas en cadena a sus amigos y amigas.
Tras volcar todos los datos de nuevo al equipo ya impecable (en todos los sentidos), llama al cliente y le dice que ya está listo y que es recomendable instalar un antivirus, que si no pasará lo mismo de nuevo. El cliente majete dice:
- Sí, sí... claro, ponme un antivirus, aunque no sé me pasó la última vez porque antes ya tenía uno -sí, el antivirus de prueba de 30 días de cuando compró el equipo 6 meses atrás- Por cierto, ¿cuánto cuesta el antivirus?
- Pues son alrededor de 40 euros y cuando tenga que renovar el año que viene será más barato. Se actualiza a diario, le protege de todo y más y tiene soporte telefónico (otro tipo de putas malpagadas).
- ¡Ala!, ¡que caro!, ¡cuarenta eurazos!, ¡encima no es para siempre! -los informáticos tenemos la manía de comer todos los días- Bueno, bueno, instálamelo, venga.
Al fin el equipo está arreglado, todo funciona como la seda, va rápido... en fin... esta puta sabe trabajar bien. Llama al cliente para que pase a recogerlo.
Llega la hora de entregar el equipo al cliente y cobrarle.
- Hola don cliente majete, son 60 euros mas los 40 del antivirus.
- ¡Ala!, ¡que dices!, cien euros por cuatro tontás, click aquí click allá -debe ser musulmán que habla mucho de alah-
- Pero señor cliente majete, su equipo estaba hecho un cromo de Panini arrugado y de imitación. Tuve que hacerle esto, lo otro, aquello... ¡podría haber construido la Catedral de la Sagrada Familia varias veces!
- Nada, nada, el equipo estaba perfecto, solo que no navegaba, nada más. Encima os compro un antivirus... no estaría de más una rebajita.
- De acuerdo señor cliente majete, menos mal que hay tropecientos casos como el suyo y total, los hijos y la casa que nunca podré tener no son tan importantes.
El cliente majete se va con su equipo en perfecto estado, su descuento y una alfombrilla de regalo. Encima, le sobra tiempo para decir que en otros sitios son más baratos.
- Venga señor, vaya con Dios... o Alah -que tanto lo menciona-
Tras esta batallita en la que represento la vida del pobre informático condensada en unas pocas palabras... quiero que entendáis, aunque sea un poquito por lo que pasamos día a día pero multiplicado por 20.
Por cierto, a eso hay que juntar también el hecho de que los que somos putas, lo somos las 24h y claro, siempre está el recurso de tirar de "el amigo informático que sabe mogollón" que no tiene otra cosa mejor que hacer en su triste vida que resolver los problemas de los demás. Aunque estés con gente que conoces sólo hace cinco minutos (las putas son así, no hace falta conocerlas mucho para pedirles un trabajito) o estés de vacaciones en el infinito y más allá, siempre surge la frase: "hombre, ya que estás aquí...".
Nos gusta la informática, disfrutamos con los ordenadores pero... no nos hace más felices resolver los problemas de la gente que no se quiere molestar en leer un par de manuales (como tuvimos que hacer nosotros en su día). De hecho, siempre tuve una teoría que afirma que "los informáticos somos informáticos porque somos los únicos imbéciles que se molestan en leer y comprender los manuales".
Me pregunto yo, ¿por qué no pedirán un tacto rectal al cuñado Antonio el proctólogo o un exámen de vagina a la prima Puri que es ginecóloga?.
Nada, nada. El día que nos pongamos en huelga el mundo verá que realmente valemos para algo (de hecho casi cualquier cosa depende de un ordenador hoy en día).
¡¡Huelga de Informáticos YA!!, ¡¡sus vais a cagar!!
Amén.

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